martes, 4 de febrero de 2020

FEDERICO GARCÍA LORCA



Poeta en Nueva York es el título de un poemario escrito por Federico García Lorca entre 1929 y 1930 durante su estancia en la Universidad de Columbia (Nueva York), así como su siguiente viaje a Cuba y publicado por primera vez en 1940, cuatro años después de la muerte del poeta.
García Lorca dejó España en 1929 para impartir unas conferencias en Cuba y en Nueva York. Aun así, el motivo del viaje fue quizá un pretexto para cambiar de aires del ambiente que le rodeaba y que le oprimía; debido a un fracaso sentimental interior que sentía por su sexualidad. Lorca padeció en esa época una profunda depresión. Vivió en Nueva York del 25 de junio de 1929 al 4 de marzo de 1930, partiendo entonces hacia Cuba, donde residió por un espacio de tres meses.
A Lorca le impactó profundamente la sociedad norteamericana, y sintió desde el inicio de su estancia una profunda aversión hacia el capitalismo y la industrialización de la sociedad moderna, al tiempo que repudiaba el trato dispensado a la minoría negra. Poeta en Nueva York fue para Lorca un grito de horror, de denuncia contra la injusticia y la discriminación, contra la deshumanización de la sociedad moderna y la alineación del ser humano, al tiempo que reclamaba una nueva dimensión humana donde predominase la libertad y la justicia, el amor y la belleza. Es por ello por lo que puede ser considerada una de las obras poéticas más importantes y relevantes de la historia de este arte, dado su transcendentalismo. Una crítica poética en un momento de cambios económicos y sociales de una magnitud única en toda la historia de la humanidad, que convierte esta obra en una profunda reflexión pesimista y hace que sea un nexo entre el modernismo y la nueva era tecnológica.
El libro está en la biblioteca disponible para el préstamo.

POEMA
Vuelta de paseo

Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van hacia la sierpe
y la formas que buscan el crsital
dejaré crecer mis cabellos.

Con el árbol de muñones que no cantan
y el niño con el blanco rostro de huevo.

Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos

Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.

Tropezando con mis rostro distinto de cada día
¡Asesinado por el cielo!

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